Hoy es uno de los días más importantes para este emprendimiento de Rancul, a través del cuál Nora y Jorge se animaron a apostar por un cultivo que no es habitual en la zona y del cuál ni siquiera de hablaba en la región hasta hace unos pocos años: los bulbos de azafrán.

Azafrán Rancul nació hace unos pocos años en ésta localidad, en el norte de La Pampa, y si bien en aquél momento fue toda una novedad, hoy luego del trabajo y los frutos que asoman cada año, en cada cosecha, se transformó en un emprendimiento destacado en la provincia y que avanza a paso firme.

Una idea que entusiasmó a muchos, que generó intriga por lo novedoso, y que hoy brinda la posibilidad de invertir a quienes deseen hacerlo y quieran apostar a la reproducción de bulbos de Azafrán.

F.M Líder hoy concurrió a la quinta donde se encuentra el emprendimiento de la familia Salas-Perotti. Si bien en otras oportunidades Nora relató con detalle de qué se trata la iniciativa, ver la cosecha, la aparición de bulbos con su reproducción en cada palada de tierra y la tamización minuciosa que realizan, ayuda a entender y a dimensionar el compromiso de esta familia de emprendedores que cuidan de los macetones donde se cultiva durante todo el ciclo.

Ciclo que hoy concluye con la cosecha y donde finalmente se ve el fruto del trabajo.

Nora contó y mostró en en detalle lo que está ocurriendo en la quinta donde está instalado el emprendimiento. Sintetiza inicialmente que hoy «estamos cosechando los bulbos que fueron sembrados en marzo, se hace una cosecha al año, en septiembre u octubre, depende el momento en que la planta lo requiera».

También relata el trabajo que se realiza en la jornada y grafica a la perfección lo que está ocurriendo: un trabajo completamente manual, con los cuidados necesarios para proteger los bulbos que fueron plantados, y conocer finalmente cuál fue el rinde del año.

Así, Nora Perotti detalla que «hoy en el campo productivo hay 6 personas trabajando. Son tres por macetero: hay uno dentro del macetero con la pala y hay dos afuera, que son los que tamizan la tierra sobre una red que es básicamente un elástico de cama antiguo. Quedan ahí los bulbos y así es como se va haciendo el proceso: cae la tierra y quedan los bulbos para ponerlos a cada uno en el cajón del inversor que corresponde».

Consultada sobre el inicio del ciclo y la llegada de la cosecha, Nora cuenta que «nosotros en marzo colocamos un solo bulbo, de distintos tamaños. Desde entonces una vez que se tapó ese bulbo con tierra, para nosotros es una intriga hasta el día de hoy. Hoy cuando nosotros vemos que salen esas paladas llenas de bulbos, con bulbos de muy buen tamaño, para nosotros es una satisfacción, un gran respiro porque en sí, eso significa que sale buena la cosecha: los bulbos tienen buen tamaño, que hay muchos bulbitos alrededor, que es la reproducción que tuvo el bulbo que se plantó en marzo, y esto significa que hicimos un buen trabajo. Y además es muchísimo mejor para nuestros inversores, porque son los que se van a llevar las ganancias», remarca.

Azafrán Mediterráneo

En éste proceso de cosecha, Azafrán Rancul además recibe la asistencia de Federico Paak, titular de Azafrán Mediterráneo, una empresa que conformó una red de productores de Azafrán, con su sucursal en la ciudad de Villa General Belgrano.

Paak recorre y asiste a los productores vinculados a Azafrán Mediterráneo, como es el caso de los emprendedores de Rancul, y detalló que «nosotros somos una red de productores, producimos Azafrán Mediterráneo, y tenemos campos y sucursales en diferentes lugares. Yo trato de estar en cada una de las sucursales donde se cosecha, es una forma de controlar y aprender a ser cada vez más eficientes. Sembramos en macetones, es para tener un rango limitado de pérdida, y además para poder hacer trazabilidad, es decir, cada inversor tiene su lote, su plaqueta, y es una forma de darle garantía a nuestro negocio, estando además en cada uno de los lugares».

Federico también explicó que «la empresa, Azafrán Mediterráneo, nació hace 15 años. La idea fue empezar a expandirnos, y tomamos a Rancul como el principio de la entrada a La Pampa, donde realmente hemos tenido resultados muy buenos, mejores de lo que esperábamos, y eso es debido al sacrificio que le pusieron Nora y Jorge al emprendimiento, que realmente estuvieron encima todo el año, y esos resultados se ven ahora».

Consultado sobre el comportamiento del cultivo en ésta zona, el referente de Azafrán Mediterráneo, afirmó que «el cultivo de azafrán es muy rústico, se adapta. Nació en la parte desértica del Asia menor y se extendió por el resto del mundo. Gracias a esto que tiene de la aclimatación de la planta, el Azafrán es una planta que acá se desenvolvió muy bien. Los ejemplares que nosotros tenemos están súper rusticados, están bien aclimatados a la zona y realmente estamos teniendo muy buenos resultados. mejores de los que esperábamos«, destacó.

La inversión

Si bien hoy comienza a concluir parte del ciclo, aún resta mucho trabajo en Azafrán Rancul: la clasificación de los bulbos que fueron cosechados, el recuento, la carga de información en cada planilla con los resultados para cada inversor, entre otros tantos detalles que conlleva el emprendimiento.

Pero además, también es tiempo de invertir y se abre la puerta para quien desee hacerlo.

Nora explicó en ese sentido que «ahora comienza la inversión para el nuevo ciclo. Como contamos, esto es un trabajo artesanal, todo manual, se trabaja con las manos, tanto en la plantación de marzo como en la cosecha de septiembre. Por eso quienes quieran saber más, no duden en contactarnos, sobre todo ahora, en venir a la quinta a ver, a preguntar, porque quiere invertir puede hacerlo, nos contactan, y les vamos a explicar todo lo que refiere a la inversión».