El exboxeador Víctor Purreta finalmente empezó a romper el silencio: señaló el campo donde presuntamente se encuentra el cuerpo de Andrea López, a quien asesinó en febrero de 2004.
El dato pudo ser confirmado por Diario Textual de fuentes de la investigación. Concretamente, Purreta le comunicó a personal de la Subsecretaría de Derechos Humanos dónde habría enterrado a Andrea.
En ese marco, como ha ocurrido en los últimos años, desde la secretaría le comunicaron la novedad a la fiscalía a cargo de Cecilia Martiní.
Así, este jueves pasado el mediodía Purreta fue trasladado para hacer una recorrida en un campo ubicado a la vera de la ruta nacional 35, entre la capital pampeana y Winifreda. Se trata del campo llamado Monte Chué, en la zona de las viejas rastrilladas ranqueles. En ese lugar, con Purreta, estuvo la fiscal Martiní y personal de la Agencia de Investigaciones Científicas, precisó el medio citado.
El lugar está señalado. Pero hasta el momento no se han desarrollado excavaciones.
Purreta sigue en la cárcel y ha pedido salidas transitorias, que le fueron rechazadas recientemente.
En 2014 fue condenado a 18 años de prisión por el femicidio, a partir del testimonio del hijo que tuvo con Andrea. Pero, sumando otras causas por facilitamiento de la prostitución y lesiones, debe cumplir una condena unificada de 25 años.
Andrea fue la primera esposa de Purreta. Vivían juntos en una casa de la calle Maestros Puntanos, en un barrio al norte de la capital pampeana. Era obligada a prostituirse por su marido y eran recurrentes las peleas. Purreta la golpeaba, ella se iba a la casa de madre y él la denunciaba en la Policía por abandono de hogar. Volvía con su esposo y se reiniciaba el maltrato y la explotación.
Se cree que el asesinato de Andrea que se cometió en la noche del 9 de febrero o la madrugada del 10 de febrero de 2004. Emanuel o “Carlitos”, el hijo de ambos, dijo en 2011 en la Justicia que vio cómo su padre, luego de molerla a palos con un rebenque y ahorcarla, la acostó en una cama. Luego la llevó a la rastra al baño. Por la hendija de la llave de la puerta, pudo observar que la había puesto bajo la ducha. Quería reanimarla. Luego, su padre salió del baño y lo mandó a dormir.
Poco después, llegó a la casa un familiar de Purreta a cuidar al nene. El boxeador salió. En la madrugada del 10 de febrero, a las 5.20 horas, Purreta fue visto a bordo de su camioneta. Lo vio su propia madre. El boxeador, ya en el juicio, reconoció la pelea, dijo que salió a comprar cigarrillos y que al volver advirtió que su esposa ya no estaba. “Yo no la maté”, aseguró en ese momento.
Fuente y foto: Diario Textual