Eduardo Aguirre, un excombatiente nacido en Villa Huidobro y que actualmente reside en Colonia Bismarck, viajó a Comodoro Rivadavia para visitar a Gladys Godoy, a quien hace cuatro décadas le obsequió esa prenda por curar sus heridas de guerra. Allí lo esperaban otros dos veteranos que convivieron con él en las Islas, por lo que la emoción fue doble.

Aquella tímida búsqueda iniciada hace varios meses a partir de un chaleco que representó el obsequio de un excombatiente cordobés a una enfermera de Comodoro Rivadavia en agradecimiento por curar sus heridas de guerra hace 41 años por la contienda bélica de Malvinas tuvo su corolario en estos primeros días de junio, cuando el veterano aterrizó en suelo chubutense para reencontrarse con la mujer que guardó la prenda como si fuera un tesoro.

Pero para Eduardo Aguirre, el hombre nacido en Villa Huidobro que actualmente reside en Colonia Bismarck, la emoción fue doble, relató el medio riocuartense Puntal: no solamente pudo concretar el ansiado reencuentro con Gladys Godoy -que fue quien impulsó la búsqueda por redes sociales y medios de comunicación hasta dar con él-, sino que además lo esperaban dos de sus excompañeros de guerra, de los cuales uno convivió con él en uno de los pozos que oficiaban de trincheras en pleno conflicto bélico.

Aguirre voló junto con su familia a Comodoro Rivadavia el pasado 1º de junio y allí permaneció hasta el domingo. Junto con su mujer y sus hijas, transitó la emotiva experiencia de reencontrarse con la enfermera Gladys Godoy y los excombatientes Ramón Moreno y Jorge Palacio, con quienes estuvo luchando en las Islas hace 41 años, señaló el medio citado.

Foto: Puntal

“Con Ramón estuvimos viviendo en el mismo pozo y hacía 41 años que no lo veía, que no hablábamos, nada. Él también es de Comodoro Rivadavia y fue mi compañero en la guerra”, dijo Aguirre a Puntal, visiblemente emocionado.

Reconocimientos
El medio de Rio Cuarto precisó además que el excombatiente oriundo de Villa Huidobro destacó con gratitud el reconocimiento recibido durante su estadía en la ciudad del sudeste de Chubut.

Dijo que durante los cuatro días que permaneció en el lugar fue invitado a colegios, museos, una radio y centros de excombatientes, donde pudo compartir charlas e interactuar con alumnos y asistentes en general. “Nunca pensé ni esperé que me recibieran de semejante manera”, admitió con gratitud el veterano de Malvinas.

Al mismo tiempo, resaltó la calidad humana de Gladys y de los excompañeros de guerra, quienes les abrieron las puertas de sus hogares y con quienes compartió gratos momentos junto con sus respectivas familias.

Foto: Puntal

¿Qué pasó con el chaleco?
Lo que fue un símbolo de esta historia y el eslabón sólido de una búsqueda que finalmente dio resultados positivos finalmente quedó en suelo chubutense.

“Al chaleco Gladys me lo quiso devolver y yo le dije que no venía a buscarlo, que era suyo. Así que hicimos como una nueva entrega oficial del chaleco, después de 41 años, por lo que ese abrigo se quedó en Comodoro Rivadavia”, cuenta sonriente Eduardo al medio citado.

Y agrega: “En las charlas previas que mantuvimos telefónicamente o por videollamadas, ella siempre me decía: ‘Eduardo, el chaleco es tuyo’. Pero la verdad es que yo nunca pensé en traerlo, por lo que le dije: ‘El chaleco es tuyo, lo cuidaste 41 años, así que tenelo todo lo que más puedas y quieras’. En el aeropuerto quiso devolvérmelo pero fue allí donde hicimos una especie de entrega oficial que culminó con un gran abrazo”.

Fuente y fotos: Puntal