Cuando tenía apenas 9 años, Fiorella Mariani vivió un momento muy difícil: su madre falleció y quedo sola junto a sus tres hermanitos —de 8, 6 y 4 años— en uno de los momentos más difíciles del país, allá por el año 2000.
En medio de ese dolor, hubo una decisión que marcó sus vidas para siempre: Un juez determinó que no debían ser separados.
Los cuatro fueron trasladados al Hogar de Niños de Realicó, que funcionaba entonces en la esquina de San Lorenzo y España, donde hoy está la sede de Acción Social Municipal. A pesar de la incertidumbre, Fío recuerda ese hecho como un acto profundamente humano.
“Ese día quedó grabado en mi corazón. Estábamos totalmente abandonados, porque nadie podía hacerse cargo de nosotros, pero lo más hermoso que me tocó fue criarme con mis hermanos», expresó Fiorella.
Hoy, más de dos décadas después, Fiorella inicia una búsqueda cargada de emoción: quiere saber quién fue el juez que tomó esa decisión, para poder darle las gracias.
«Solo quiero saber quién fue el juez y agradecerle, porque lo único que pidió fue que cuatro menores no fueran separados», señaló la joven.
“Quiero sentarme, hablar, agradecerle lo humano que fue con nosotros en ese año, sobre todo», expresó.
Fiorella sostiene que solo busca honrar el gesto de quien evitó que el dolor fuera aún mayor, preservando el único lazo que tenían: su familia.
Quienes puedan aportar información sobre el magistrado que intervino en aquel momento pueden contactarla por redes sociales.
Un mensaje que viaja en el tiempo para decir simplemente: Gracias.
Fuente: Impacto




